A 6 meses de los asesinatos en Cerocahui, la herida sigue abierta
A la autoridades correspondientes del gobierno federal:
A la gobernadora del estado, María Eugenia Campos Galván:
Al fiscal de Chihuahua, Roberto Javier Fierro Duarte:
Al Secretario de Seguridad de Chihuahua, Gilberto Loya Chávez:
A la opinión pública:
A la sociedad en general:
Este 20 de diciembre de 2022, se cumplen seis meses de los asesinatos de los sacerdotes Javier Campos S.J. y Joaquín Mora S.J., así como del guía de turistas Pedro Palma y del jovenPaul Osvaldo Berrelleza, en la comunidad de Cerocahui del municipio de Urique en la Sierra Tarahumara.
A la fecha el caso sigue impune, la paz no llega y el miedo se sigue extendiendo entre la población de las comunidades de la región ante la falta de una operación certera y una estrategia integral de seguridad que impida el regreso de las personas y de los grupos generadores de violencia que se han apoderado del territorio.
Lo acontecido en Cerocahui es una muestra de lo que se sigue viviendo en el país ya que, de enero a octubre de este año, se han registrado 1 mil 710 asesinatos en el estado de Chihuahua y 26 mil 119 en el territorio nacional (CNI-SESNSP).
Los asesinatos y el intrincado acceso a la justicia por parte de las víctimas, son muestra de la impunidad, la inseguridad y la falta de garantías para el ejercicio más elemental de los derechos humanos en nuestro país.
Este marco amplio de violencia ha transgredido a los diversos sectores de la población, así como a aquellas personas que, sin importar su credo, caminan a favor de la paz, el bienestar comunitario y los derechos humanos.
El dolor por los hermanos asesinados el pasado 20 de junio, es una realidad que a diario viven miles de personas en México y que solo se sanará cuando encontremos la justicia en las labores del Estado mexicano y en las acciones sin violencia que posibilitan cambios culturales a favor de la paz.
Por lo anterior, hacemos un llamado a las autoridades del Estado de Chihuahua a:
- Presentar avances concretos en la investigación.
- Salvaguardar la seguridad de los pueblos y comunidades de la región.
- Captura inmediata de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco” y a quienes resulten responsables de los asesinatos.
- Desintegrar las redes criminales que controlan la región.
- Garantizar los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición de las víctimas.
Al mismo tiempo, demandamos a las autoridades federales:
- Trabajar en coordinación con las autoridades estatales, así como en comunicación con los diversos actores sociales de la región.
- Garantizar la seguridad de quienes trabajan por la paz y la defensa de los derechos humanos, de los pueblos y las comunidades
- Generar una estrategia integral con capacidad de atender y facilitar el acceso a la justicia de todas las víctimas de la violencia y la inseguridad en México.
Finalmente, a la opinión pública y a la sociedad en general les animamos a:
- Compartir y leer este texto en sus diferentes espacios físicos y virtuales, acompañado de un símbolo de esperanza para hacer un llamado común al Estado mexicano para cumplir con sus responsabilidades
- Sumarse, desde las diversas realidades, a los procesos de diálogo local y regional promovidas por la Iglesia Católica de México.
- Participar desde sus comunidades en la construcción de una Agenda Nacional de Paz convocada por la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Superiores Mayores Religiosos de México y los Jesuitas en México.
Como integrantes de grupos, organizaciones e instituciones que trabajamos a favor de la paz nos pronunciamos para que esta búsqueda de justicia en Cerocahui nos lleve a la construcción e implementación de una estrategia integral y efectiva de justicia nacional.